Quito, 21 de abril del 2007
A LA CIUDADANÍA Y NUESTRA GENTE
“MOVIMIENTO ROCKERO DEL SUR DE QUITO”
Saludamos a las familias de nuestras y nuestros hermanos que han sido víctimas de este fatal evento. Al movimiento rockero pertenecen distintas agrupaciones que durante más de 20 años vienen trabajando por el desarrollo del rock como cultura urbana y como cultura nacional en el sur de Quito.
Durante estos años, más de 20, diferentes colectivos rockeros del sur de Quito hemos realizado conciertos de forma pública y con la planificación necesaria sin que hayamos recibido la debida atención de distintos organismos estatales, quienes nos han cerrando las puertas al diálogo y al mejor desarrollo de nuestra comunidad en todos los sentidos.
Pedimos la renuncia del Administrador de la Zona Sur Eloy Alfaro del D. M. Q., Jorge Velásquez, quien ha prohibido y censurado los conciertos de rock de nuestra organización, deslegitimando a nuestro sector como personas indeseables, tratando a varios integrantes del movimiento roquero como un gamonal de hacienda. Miembros del movimiento roquero estamos con un juicio y demanda de 1.270,oo dólares por el uso de la Concha Acústica de la Villa Flora. Además, el rock no consta en ningún componente del Plan de Cultura de la Administración Eloy Alfaro en el Departamento de Cultura a cargo del Dr. Alfonso Pullupaxi. Y tampoco consta la categoría “juventud” en ningún programa cultural de casi ninguna institución pública.
Aceptamos la renuncia del Señor Alcalde Paco Moncayo y exigimos la de los concejales: Margarita Carranco, puesto que ante ellos se presentaron propuestas para el mejor desarrollo de un sector olvidado durante generaciones sin que hayan viabilizado la gestión oportunamente. De la misma manera pedimos la renuncia de la funcionaria pública, la Sra. Jacqueline Calderón, directora de Quito Cultura. Institución que ha calificado a los distintos actores sociales, trabajadores de la cultura, haciéndolos ciudadanos de primera y de quinta, estableciendo a la cultura como una mercancía, creando monopolios y constituyendo élites culturales.
La comunidad roquera presenta un alto grado de desempleo, olvido y nula planificación de parte de casi todas las instituciones gubernamentales. Nos han convertido en un sector invisibilizado ante la sociedad y totalmente estigmatizado por estereotipos, haciendo pensar a la sociedad que somos delincuentes, drogadictos, borrachos y gente sin oficio. Nuestra identidad es producto de cambios históricos totalmente olvidados por instituciones a cargo de la cultura generando intolerancia, y que lamentablemente ahora somos primera portada y parte de los editoriales de los medios de comunicación. Nunca se ha visto en la historia del país que los medios dediquen 6 hojas a la juventud. Los medios de comunicación, principales generadores de estereotipos, dentro de sus investigaciones no discuten el nacimiento de las distintas culturas urbanas y ni siquiera diferencian los distintos tipos de géneros que el rock tiene.
La Casa de la Cultura es otra de las instituciones que no permiten el desarrollo de nuestras manifestaciones, su Presidente, el Sr. Marco Antonio Rodríguez. Sistemáticamente la Cultura dentro nuestra Casa ha llegado a tener el valor de comercio, sus espacios deben ser pagados y negados a grupos que económicamente no pueden competir con grandes empresas quienes si participan de estos espacios que también deberían ser nuestros.
Por todo esto, exigimos al Presidente Constitucional de la República, Ec. Rafael Correa, implemente de manera inmediata el desarrollo de nuestra Cultura unitariamente. Este ha venido a ser un problema estructural del Estado que las instituciones gubernamentales han trabajado de forma personal de acuerdo a sus intereses.
No estamos de acuerdo que los culpables sean los organizadores y representantes de la discoteca Factory, porque la responsabilidad recae también en quienes administran la ciudad: Alcalde, concejales y directores del área cultural. Son ellos y ellas quienes han recibido propuestas de desarrollo durante décadas y no han podido integrar dentro de sus agendas una solución a la cultura que también es parte de nuestro patrimonio intangible.
El impedimento al que nos ha llevado la falta de apoyo y negación de permisos de parte del Municipio de Quito, nos obliga a que nos repleguemos a lugares carentes de seguridad y de manera clandestina, esto, frente a que el Sur de Quito carece de espacios apropiados para expresar nuestra cultura abiertamente y sin prejuicios. Somos negados de usar espacios como las sedes sociales, casas barriales llevándonos a usar mecánicas, quebradas, aserraderos y galpones. Las Ordenanzas Municipales han sido establecidas desde los famosos Cabildos donde no intervienen sectores juveniles y menos aún culturas urbanas.
Con estos antecedentes queremos demostrar que el movimiento Rockero ha velado por la integridad de nuestra gente, de nuestras hermanas y nuestros hermanos muertos por irresponsables de quienes dicen representarnos.
Diego Brito Cristian Castro
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